Los expertos en salud mental han
estado observando durante este tiempo de pandemia la sintomatología que aparece
en las personas a propósito del cambio de vida y la situación de encierro, es
así como se ha llegado a la conclusión de que el estrés, dolor de cabeza,
cansancio, irritabilidad y malestar estomacal, entre otros síntomas están
presentes en muchas personas que se sienten afectadas por la crisis sanitaria.
Por otra parte, la OMS ha definido
este estado como fatiga pandémica, describiéndola como un agotamiento físico y
mental provocado por las restricciones a las que hemos estado enfrentados
durante un año y tres meses aproximadamente, entre ellas están el distanciamiento físico, el uso de mascarillas
y prolongadas cuarentenas.
El agobio puede ser la mejor
descripción de este proceso, ya que la incertidumbre es una sensación que está
instalada de manera crónica en nuestro día a día, vemos que al conversar con nuestros
cercanos van apareciendo el insomnio, las alteraciones alimentarias, cansancio,
irritabilidad, tensión muscular y otros malestares físicos, incluyendo dolores
de cabeza y molestias gastrointestinales, que cada vez son más comunes.
Por lo tanto, estamos frente a una
situación de alto estrés porque dejamos de tener el control, hay cambios en
nuestras rutinas, dejamos de contar con los afectos acostumbrados y comenzamos
con una especie de adormecimiento conductual, que nos lleva al aislamiento
social porque la motivación está bajando.
La Fatiga pandémica puede tener consecuencias que pueden asentarse por
mucho tiempo y cambiar nuestra calidad de vida, es por eso que hay que
identificar qué es lo que nos está pasando a estas alturas de la pandemia, abrir
espacios de conversación y autocuidado, reflexionar acerca de los síntomas que
estoy percibiendo y sobre todo pedir ayuda a profesionales de la salud mental.